Nunca he fumado, ni tan siquiera en una celabración, ni cuando los amigos, en esa edad tonta, comienzan a probarlo. Siempre me mantuve firme y aunque nadie me lo prohibiera, en mi interior siempre había algo que me hacía aborrecerlo. Desde ese día, desde que escuché esas palabras y todo cambió, se derrumbó mi infancia y ya nada fue igual. - Voy a por tabaco hijo, ya vuelvo.
IGC
No hay comentarios:
Publicar un comentario